miércoles, 4 de agosto de 2021

La tiendecita

Encontré la tiendecita por casualidad, ya que el edificio está en obras y no se aprecia el letrero del local. Sus puertas verde agua llamarían la atención en circunstancias normales, pero, ahora mismo juega con desventaja.

La tienda está regentada por una extranjera, rubia y de lo más amigable, de mediana edad y que podría ser de cualquier país del norte de Europa, o incluso de Reino Unido. Su diminuto Yorkshire me saluda al entrar (creo que tiene complejo de perro guardián).

Las postalitas, con frases y motivos de Madrid, los cuadernos, posavasos, marcalibros y otros tantos objetos hechos a mano y con mimo hacen de esta tienda tan recóndita y con tanto encanto el lugar perfecto para hacer un regalo. Un buen descubrimiento.


Nest Boutique, Plaza de San Ildefonso 3, Madrid


martes, 3 de agosto de 2021

La plaza

Voy empapándome de éstas mis calles, saboreando cada esquina. Mientras camino los bares me saludan e invitan a entrar, con ese hedor característico y único, como de cerveza putrefacta que ha quedado en las esquinas, ese olor pegajoso y húmedo que de buena mañana repele y al que te vas acostumbrando conforme pasan las horas. También huele a comida de todas partes del mundo, desde un Kebab a una Gyozas, y, de la Iglesia que está en la misma plaza, emana esa mezcla de aromas tan envolvente: a antiguo, a decadencia, a sitio seguro.

En los bancos de la plaza, ancianos e indigentes observan a los jóvenes que ocupan las mesas de la terraza de un bar. Ni una pizca de resignación, pues tienen su lata de cerveza en mano (ellos) y ellas observan, en silencio y con atención. Algunas llevan bata y zapatillas de estar por casa.

Los jóvenes, ocupados en sentir, sin pararse a reflexionar ni un mínimo. En una especie de limbo entre una jornada laboral y otra, entre una escapada y la siguiente. Con ganas de emborracharse rápidamente, para no hacerse preguntas.

Los ancianos, por su parte, ensimismados, y saboreando su lata como a los últimos coletazos de su vida, con la sensación agridulce del que sabe que le queda poco.


Madrid, y sus preciosas calles.


domingo, 1 de agosto de 2021

Máster en psicología

Puedo decir que durante los últimos meses me he sacado un máster en psicología. Buscando respuestas he acabado por darlas yo. He consolado y aconsejado (a veces simplemente he escuchado). Creo que esta generación no sabe lidiar con la presión, tiene muchos prejuicios, es egoísta y se quiere muy poco.

Para poder querer, primero debes quererte a ti. Parece una perogrullada, sí, pero no lo es en este mundo tan superficial, en el que importa más lo que se ve que lo que no. Y con tantos estímulos resulta que nos hemos olvidado de nosotros. Nos hemos olvidado de sentir. Ni siquiera se nos pone dura.

¿Qué podemos hacer ante esta vorágine de sentimientos? Intentar vivir despacio. Dejar de lado la inmediatez, disfrutar de todas las fases de una relación, sin saltarnos ninguna. Y, sobre todo, no iniciar una hasta que de verdad nos apetezca hacerlo. Suena más sencillo de lo que en realidad es.


La La Land, 2016